Una PODEROSA carta de amor

Madrid, 26 /10/05

Hola otra vez. ¿Que tal estas hoy? Yo felíz , y deseando verte.
¿Sabes? Hoy me he replanteado mi infancia, creo que he vivo en un error.
Nunca entendí la fe religiosa. Bueno, sí, pero no la entendía como la entienden los demás, solo ejercía ese “derecho” a creer en lo que uno quiera(aunque sigo de estar seguro de en qué creía). Era más un querer que un creer porque yo era católico porque QUERÍA:
Quería ir los domingos a misa porque después siempre caía alguna chuchería, quería ser monaguillo porque era lo que todos los niños queríamos, quería hacer la comunión porque quería una bici nueva. En resumen, quería las “consecuencias” de ir a la Iglesia y de hablar con el aire pensando que “alguien” te escucha.
El día que descubrí que esas consecuencias podían ser hechos y así me ahorraba un paso, no dude en abandonar la rutina de perder una hora semanal escuchando al párroco de mi barrio.
Aprendí algo: A querer:_ yo quería en el sentido más material de la palabra. Hasta hoy mi vida se rige por el querer. Hacer lo que quiero, comer lo que quiero, follar con quien quiero, ir a donde quiero...
De pronto apareciste tú y por primera vez en mi vida me di cuenta de lo que era querer en realidad. Estaba rigiendo mi vida por un error de concepto.
Ahora entiendo a los creyentes.
Venerar una imagen, cerrar los ojos tras hablar con lo que idolatran aun sin saber si realmente escucha o no, despertarse pensando en que gracias a “eso” va a ser un gran día, hablar solo( a tu lado )aunque a veces me miren con extrañeza.
Quiero: sin nada como consecuencia
Quiero: que no te vayas lejos
Quiero; sin objetivo material
Y es la primera vez que Quiero.
Y se que algún día podré decirlo, ser sincero y dejar de hablar con el aire, contar a las piedras y escribir en el agua. Y algún día sabrás que ese extraño que te mira en el autobús, en el parque, que murmura a tu lado, que te observa desde su escondite en el fondo de sí mismo, es feliz porque gracias a tí sabe que significa realmente querer.-