Tamara de Lempicka

lunes, marzo 16, 2009

cuerdas

Hilos que agarran mis débiles articulaciones después de que su cuerpo, en tan solo dos dias, se hubiera amoldado, sin saber como, al mas cálido de los refugios y hubiese pasado, sin comerlo ni beberlo a una rigidez helada que se cuela entre los huesos.
Esos hilos habían estado rotos y con esmero y cuidado se dedicó a unirlos de nuveo, atarlos, cuidarlos y trenzarlos para darles mas fuerza y seguridad .
Ahora cuando el hilo que está mas fuerte de todos, el que envuelve desde la cabeza hasta el sexo pasando por el corazón, sabe que aguantará todo el peso del mundo, los demas, esas trencitas que cada día brillaban con mas fuerza ya alegria, han comenzado a destensarse, y se destrenzan a pesar de seguir y volver a estar fuertes y brillantes pero ya no estan unidas, entrelazadas.
Su cuerpo ahora, pende de un cordel fuerte y estructurado.
Las sonrisas recordadas afloran permanentemente en su cabeza removida por el movimiento pendulante de su cuerpo, por eso, quiere agarrarse a la unica cuerda que le da seguridad, con miedo a que mucho movimiento haga que esta tambien se debilite, y se alarga y se vuelve un poco mas elastica y no sabe si eso es bueno.
Ahora, solo queda reforzar y esperar que no se rompan.