Tamara de Lempicka

miércoles, mayo 23, 2007

pensar en nada




Cuando tomaba decisiones, intentaba sentenciar, dar por sentado que tenía razón. Era metafórica y poética, como si sus frases se fueran a publicar en un libro entre frases de Séneca, de Platón, sin darse cuenta que muchas veces su coeficiente intelectual se asemejaba al de una ameba. Otras veces acertaba, incluso algunas personas pensabas con lo que ella decía. eso merecía la pena. "Si ese día que amanece en el más oscuro de los grises, miras hacia el cielo, seguro que encuentras una nube estúpida que se esconde tras otra y deja pasar un rayito de luz. Pues ese rayo también quema" Ni ella sabía de que coño estaba hablando.

Un día se levanto con la cabeza en blanco. No tenía nada dentro, solo aire, vacío. Qué miedo¿no? el vacío. Un vacío que creía que tenia que llenar. Con urgencia.

Cómo corría cuando bajo a la calle con unos vaqueros, una camiseta y una manta de patchwork que cubría sus hombros. Era como los días grises de sus frases, donde la gente anda sin mirar a su alrededor, pero ella no lo notaba . Corría sin rumbo fijo, tropezaba, caía , incluso se hacía daño, pero no sabía que era el dolor.
En una de las caídas decidió no levantar. Sin razón, solo lo decidió. Era como siempre. Ella creía que era lo acertado, se convencía de ello, pero no convencía a los demás. La levantaron mientras dormía, cubierta de el manto gris del cielo que se había mezclado con su manta. Eran las manos de siempre, las que están ahí, aunque no quieras, si las buscas, si no, si quieres, si odias, están, poblaban sus frases. Y cuando aún recordaba, no quería que siguiesen allí.

lunes, mayo 07, 2007

auntentico


Impulsos que nos hacen seguir lo que pide nuestro cuerpo y no nuestra cabeza. Saber que nos equivocamos a cada paso y en el fondo no nos importa porque es lo que nos pide el corazón. Nos creemos más autenticos por dejarnos llevar , cuando en el fondo somos unos hipócritas y queremos engañar a nuestra cabeza con cosas que sabemos que están maquilladas como el peor de los payasos.

Y buscas y te dejas encontrar y dudas y crees que confias pero te ahogas con los gemidos que se oyen detras de esa puerta. Huir de tu lugar a buscar el del de otro para no sentir el frio de una habitación de hotel vacía.

Y decimos que queremos. Solo lo decimos , ni siquiera lo sentimos en realidad, porque de forma egoista luchamos por que nuestras vidas sean más apasionantes de lo que son, cuando probablemente no sea necesario. Ni Indiana Jones busca tanto el riesgo a caer en un pozo sin fondo.

Y seguimos pensando en nosotros mismos mientras decimos que lo hacemos por los demas.

Vivo oculta tras una patetica imagen de activa, solidaria y frenética mujer que desprende energía, pero que está tan oscura como todo lo que siento.

Supongo que todo es cuestión de pelear. Con quien sea o contra lo que sea.