Tamara de Lempicka

viernes, mayo 13, 2005

escaparate

He prentendido colarme en un escaparate y transformarme en maniquí más de una y dos veces. VEr a los transeuntes protegida por un cristal. Siempre me gustó observar. ¿Para quién serán esas flores que lleva ese chico en el aeropuerto? ¿A qué esperará esa mujer junto a la puerta de ese imperial edificio? ¿A quien mirará ese al que yo miro desde mi ventana?
Desde un escaparate es todo más fácil. PUedo ver si que juzguen lo que hago. Aunque no creo que aguantase mucho tiempo, y teniendo en cuenta que en algun momento tendré que salir de ahí, corro el riesgo de ver entrar a alguien que no debe estar allí, o que ver algo que no me apetece.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta este texto, yo me coloco en un escaparate casi a diario y observo, aunque siempre es probable que haya otro que tb me observe a mi.

En serio, escribes muy bien...