Tamara de Lempicka

miércoles, mayo 24, 2006

Esencia salvaje

Desde la profundidad de su sueño y la oscuridad que tienen involuntariamente las mañanas laborales, salió de casa, como de costumbre, en dirección a la parada de metro. Su camino rutinario y sin osbtáculos posibles, le hacían andar sonámbulo incluso al saludar al vecino que volvía con su perro cuando él abría la puerta del portal.

El metro estaba lleno, faltaban "empujadores" japoneses, los que hacen que ir en esos vagones sea peor que vivir en una lata con 6 sardinas como compañeras de piso. Pasaron dos vagones. Ni siquiera hizo el esfuerzo de intentar entrar en alguno.
Cuando al fin llegó uno con espacio al menos para respirar, entró y consiguió apostarse en una de las esquinas del fondo y volver a cerrar los ojos acunado por el vaivén del tren, que era insoportable pero que a él le parecia una suave nana.

Éstaba ya a 3 paradas de su oficina cuando un repentino olor le hizo despertar. Le resultaba familiar, demasiado familiar. Fresas, pero no el olor de un perfume a base de fresas. NO , fresas, natulares, como las que de pequeño su madre le preparaba de postre, sin azucar, sin nata, sin zumo, nada, solo fresas. Existía una sola persona en el mundo cuyo olor natural se pudiese parecer tanto a ese que adoraba.

Cuando la conocío, 4 años antes, fue lo primero que le atrajo, antes de verla la sintió por el aroma.

Reaccionó rápido y buscó entre la masa de gente la cara que correspondía esa fragancia pero las cabezas, brazos, susurro, zapatos o piernas que se interponian en su camino le hacian desviar la atención a otro sentido que no fuera su olfato y ahí perdia el rastro.
Recordaba saborear cada milímetro de su piel y como esta emanaba ese perfume por donde ella pasaba. Ese efluvio de jardín salvaje inundaba su cabeza y le hacia girar sobre sí mismo mirando sin ver qué era lo que buscaba. No podía quitárselo de la cabeza , otra vez no. Tenía que encontrarlo. La esencia concentrada era cada vez más fuerte e inundaba el vagón mientras la gente se quejaba de ese loco que buscaba como un perro algo que no conseguia encontrar.
Se cayó junto a la puerta en el momento en el que estas se abrieron en la estanción donde más gente salía y se quedó sentado en el suelo, consciente de que el olor se iba alejando poco a poco de su mente, la cual habia quedado impregnada. Las puertas se cerraron. Él despertó de su letargo y se ircorporó pues la siguiente parada era la suya. Allí estaba ella, detras del cristal, ajena al observador peremne de su olor que golpeaba la puerta mientras el vagón iniciaba el trayecto a su próximo destino.
Una vez más, perdía su fragancia.

12 comentarios:

Patry dijo...

Madre mía!!! Que impotencia!!!

Es de esas historias que nos hacen reaccionar, y empezar a planear las cosas para ya antes de que ese vagón se vaya sin nosotros.

Felicidades, muy bueno, un beso

la Editorial dijo...

Que feo cuando recorres viejos lugares y la memoria olfativa te juega una mala pasada...Sabiendo vos que nunca mas vas a poder encontrarte con ella..
Pero que feo cuando realmente estaba ahi y no supiste entontrarla a tiempo..

Muy copado el escrito che.
Nos vemos.
Saludos desde Ushuaia. Santiago.

Cazadora de almas dijo...

Bufff, me recordó a la pelicula "Serendipity", tener algo ahí mismo y no alcanzarlo...

Besitos!

Alvaro Bode dijo...

Y muchas veces eguirá soñando con ese perfume... y muchas más lo seguirá buscando...

Un besin!!

Emma was an angel dijo...

en verdad se trata de una secuencia astrologica. Creo que se aplica a todo. Cuando se tiene un planeta en grado 29 que es el ultimo nos encontramos con una disposicion debil... casi escondida.. que hace que resalte algo opuesto para compensar; me explico: un mercurio(planeta de la comunicacion) en grado 29 puede indicar dificultad para comunicarse, hablar, transmitir ideas por decir entre muchos, sin contar con los aspectos que tenga mercurio mismo,- por lo que la parte ocupaa por los demas signos de aire compensan y hacen una persona que al crecer se vuelve una mente de doble filo, y excelente escritor o literario. Lo he visto de diversas maneras en muchas cartas.. con los diferentes planetas.. Igual se aplica a la vida. personas con mal pasado, crecen y se tranforman a partir de tocar fondo. Los que Jung llama nacidos 2 veces. De eso se trata. Besos!

Eva dijo...

La gente se ríe de mí cuando digo que identifico a las personas por el olor...

Aunque todos sabemos que es el sentido que mas evoca sentimientos...


Precioso, como siempre...


A quien me recordará el armona a galletitas? :P

Isthar dijo...

Jop :´(

Qué impotencia más horrorosa...

TORO SALVAJE dijo...

Que bonito relato. Escribes genial.

Ahora, yo de él, tiro de la alarma o me tiro por la ventana, pero no se me escapa con ese olor.....

Un beso.

Anónimo dijo...

que importante es el olor :DD y que rico! :D

Un beso

Zebedeo dijo...

Me encantó el relato. Yo me pasaría olisqueando la parada del metro todo el día, siguiendo su pista como un sabueso en busca de su amo.
Un olor que te llega tan adentro no se puede perder así como así, pocas veces pasa.

Anónimo dijo...

escribes muy bien... me ha gustado mucho... sigue asi...

Estrellada dijo...

Dan ganas de gritar en nombre el hombre!! Qué encuentro desencontrado.

Mucho gusto leerte!!!