Resumen post-critico

Ha habido música, cine, teatro, yo, él, tu, ella, aviones, lágrimas, crisis, comentarios desafortunados y mucho cabreo.
La mujer de las puntas y las lentejuelas ya no puede bailar más aunque lo intenta incluso sobre la silla de ruedas. Estira la pierna con todo el arte pero ahí se queda la cosa.
El ritmo, por primera vez, es parte de mi como decía una canción de Ketama: "todo el amor es percusión..." y me he atrevido incluso a doblar los ritmos de unos de los mejores conciertos de mi vida bajo un Madrid lluvioso: Jamie Cullum (hay que ver la fuerza que desprende ese chico con cara de niño malo) se lanzó (literalemente) al escenario para hacer musica y percusión con todo lo que se fue encontradando por su camino: en un piano sin usar las teclas, en el suelo, en la pared en su propio cuerpo, rodeado de unas proyecciones que te envolvían de la "magia cullum".

También ayudó la nube de marihuana que poblaba la Rivera.
Con la misma compañía que el dia anterior, huí a mi ciudad a rescatarme de este mundo (a veces) de mierda. Alli nos fuimos y ya estaba él, sin quien Londres no hibiese sido (y nunca será) lo mismo, y recordamos lugares y gente concreta con una nueva inquilina que ya es parte de ese recuerdo. Y ellas dos, que ya eran parte y ahora lo son algo más, que compartiron candem, peter pan y poco más. me supo a poco.
Y la vuelta me despertó en el preciso instante en que aterricé. Me da miedo la responsabilidad de algo de lo que no soy responsable, y llego al limite y toco techo y necesito abrazos que me calmen que no se si quiero pedir, y lloro y me desestabilizo y por azar creo que voy a morir de vergüenza(parece mentira que diga yo esto) sobrecargada de curros varios y de ilusiones miles. Y ayer, sin darme siquiera cuenta, noté que habia vuelto a ser yo.