El sueño era profundo, yo no era consciente pero estaba descansado acariciada por la brisa que bailaba entre los árboles. Es probable que llevase meses sin descansar. Durmiendo sí, pero no descansando.
Me acomodé sobre mi brazo izquierdo y me acurruqué conmigo misma mientras el sol se colaba entre las hojas y a veces me besaba la cara.
Poco despues me encontré en el borde de un desfiladero dejándome sujetar por el viento que impedía mi caída. Una mano acarició mi cintura y suavemente me acompañó al vacío de la caída que daba a un mar picado por el mismo aire que antes me sujetaba y que se peleaba contra las rocas.
Caí en él y me sumergí pero sin mojarme ni una gota. Estaba dentro de una burbuja oxigenada que buceaba entre las olas y su furia y que me llevaron contra las rocas. Estas se abrieron para dejarme entrar en una cavidad oculta para la vista humana desde un lugar que no fuera el propio mar.
La burbuja estalló para dejarme tendida en la humedad de las rocas si aparente salida a la vista y donde el mar entraba para mojar mis pies. Unas manos de sal me deslizaron sobre las aristas de las rocas haciendo que mi ropa se rasgara pero sin que yo sintiera el dolor.
No se porque no me dolia nada, no sufría, solo me dejaba llevar por en vaivén de las corrientes. que me hicieron dormir otra vez y me depositaron de nuevo bajo ese árbol que veleba por mis paseos en sueño.
La misma mano que me empujaba antes, me acariciaba la cara para despertar y yo, estaba tranquila.
CUM LAUDE ZOTE : CARLOS MOZÓN
Hace 2 semanas.
5 comentarios:
benditas las manos que nos despiertan dándonos tranquilidad...
Qué paz, me gustaría encontrar esa serenidad que desprende el final.
:-)
Se feliz y no te despiertes aun
La vida es sueño. Y los sueños, sueños son...
Ese sueño fue como un reencuentro viajero con la ropa caída volando con la magia de tu hada madrina haciendo equilibrios para no caer sobre las piedras que mitigaran tu esencia salvaje.
:)
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