Tamara de Lempicka

miércoles, febrero 13, 2008

historias de aeropuerto

Se buscaron entre una multitud de gente que miraba e iba con prisa. Cargada de maletas, se oían gritos, encuentros, se veian flores. Ellos seguían intentando encontrarse despues de que el azar no les hubiese dejado verse antes.
Él estaba arriba apoyado en una barandilla, ella abajo, movil en mano, buscando con los ojos lo que escuchaba al otro lado del teléfono.
Cuando se vieron en la distancia, la gente se paró. El movimiento era casi insignificante si observaban a su alrededor. Los relojes se pararon y solo se movían las rampas mecanicas que cruzaban la terminal.
Al encontrarse, se fundieron en un abrazo interminable. Nadie sabía la historia que había detras, lo que podia haber delante , quienes eran: dos hermanos, dos amigos, dos personas que se abrazaban porque una de ellas llegaba, o la otra se marchaba, por lo que fuera, sólo un abrazo.
Desde ahí, se sucedieron las sonrisas, las indirectas, las directas, los enfados infantiles por comentarios jocosos, pero sin ninguna maldad.
Las sorpresas de antorchas en la azotea de una casa en el mar, los disfraces de hace años que vuelven a estar de moda, y mas risas, y sonrisas y cervezas que aunque parece que hacen perder el encanto, dan una perpectiva diferente a las situaciones.
Mi madre siempre observa a la gente que lleva ramos de flores en los aeropuertos, elucubra acerca de pára quién será o a quién esperará su portador.
Es que así son las historias de aeropuerto: las ves , desde fuera, las analizas, desde fuera y no sabes que son realmente hasta que se viven desde dentro.