Tamara de Lempicka

martes, abril 25, 2006

Única danza


Saliendo desde la cadera, como si la energía se dejara crecer desde el final de la columna. Comienza siento un sutil movimiento que se extiende hacia los extremos de nuestro cuerpo somo si de la savia de un árbol se tratase. Cada uno es su propio árbol.
Si llueve, seremos regados, creceremos, nos relacionaremos, si no , no.
La cadera de bambolea con el viento dejando salir los instintos.
Intenté tres veces dejarme ver pero el destino no me dejó.
El cuerpo baila para una persona sentada en el patio de butacas, expresa y deja que la energia le cubra y le deje, o no, bailar con el alma.
Es una danza que se divide por el cuerpo, según el día nace del sexo, del pecho o de la cabeza, es nuestro hábito.
Es el principio del moviviento que se salta todas las reglas de la física que nos quisieron enseñar en el instituto. Es el cortejo animal, la danza sexual, la pulsión desde dentro, el pálpito. Nunca nos dejamos llevar por él más que cuando el camino ya esta casi concluido y no hay posibilidad de error, porque la cabeza juega con nosotros y es después , cuando derramamos risa y soltamos un chorro de lagrimas, porque el pecho se ha enfadado porque no le dejamos participar.
No estan armonizados, esa es la lucha. Salta, brincar, correr, patalear, volar, quedar , juntar, querer, rozar, acariciar, empujar, mirar...sobre todo mirar viendo, desde dentro , hacia todo, para mí, para ti mismo. Con un tango en la cabeza.
Usar la energia justa y no malgastarla en nimiedades.
Sentirla desde lo más profundo.

lunes, abril 17, 2006

Visitas temporales



Hemos intentado, día a día, seguir andando.
Lucir la más radiante sonrisa en la cara para que, aunque nuestro camino no fuera todo lo recto que deseábamos, a los que se cruzaban con nosotros se les hiciera más llevadero. Aunque, probablemente, ellos pensaban lo mismo con respecto a nosotros.
Y nos alejabamos de aquellos que se chocaron con nosotros, y nos dejamos de ver , pero hicieron una marquita en nuestro cuerpo que a veces vemos al mirarnos al espejo y nos hace sentir. No se si bien, o si mal, solo nos hace sentir que un día, eso fue parte de nosotros. Nos envenenamos de ellos, nos emborrachamos con ellos, jugamos en columpios que volaban casi más alto que las nubes, dimos volteretas en un parque a las tantas de la noche... . Planeamos los sueños más realistas del mundo, de nuestro mundo.
Recordamos.
Y nos entregamos, sinceros.
Porque dicen que la distancia es el olvido, pero la distancia se elimina cuando andas e intentas atravesarla, a contracorriente.
El caso es que la gente con la que nos cruzamos igual nos sorprende un día volviendo a saltar delante nuestro.
Pero su visita en nosotros no será igual .Será solo otra visita.
Y yo seré visitadora: en casas de amigos que me acogen sobre la marcha, en una u otra tetería, en sofas donde dormitar, en coches que viajan a traves del tiempo, en sueños que no sabré ni que visito.
E igual tu vuelves a visitarme , aunque no te espere. Solo te abrazaría. Y así, me despediría de tu recuerdo.
(A mis visitadores: Gracias)

miércoles, abril 05, 2006

ENRAIZADOS

Se fue rompiendo desde lo más profundo de su interior, desde los ladrillos y trozos de madera podridos por el agua filtrada por ella misma.
El paso del tiempo se estaba pegando el lujo de juntarles , despues de que ellos mismo hubieran desistido .
A él le podaban cada primavera cuando intentaba que sus nuevos brotes tomaran la dirección deseada que no siempre , para los demas, era la adecuada.
Ella permanecia inmovil. Así la crearon, así había aprendido que su sitio era el que era y aunque su corazón, si lo tenía, le decía lo contrario.
Pero él, a pesar de todo , siguió año tras año, día tras día, luchando por aquello que creia: fue columpio, fue sombra en el camino, fue casa oscura de aves, fue muchas cosas, pero seguía sin ser libre, sus raices no le dejaron moverse y cuando consiguía convencerlas y cedían, una tijera de poda acababa con sus ansías de libertad.
Ella dejo que otros la poseyesen pero nunca sintió nada con ellos.
Él observaba, impasible, lloraba , pero lo entendia.



Fue cuando esta no aguantaba más. Fue cuando al él le dejaron de cortar los brazos porque se caían por su propio peso. Fue cuando les abandonaron.
Y entonces, sin impedimentos humanos a su alrededor, pudieron fundirse y ser uno.