Tamara de Lempicka

lunes, febrero 27, 2006

Allá vamos

4horas, 25minutos...Ella sale...

martes, febrero 21, 2006

Vallas en el horizonte


Y poco a poco comienzo a alcanzar la velocidad deseada en un camino donde el final no se ve si en mis mejores sueños. Opto por fijar la vista en la primera valla que es la que , en este momento, me molesta y me estorba la vision inexistente.

Y un flash me hace sonreir mientras agarran mis pies manos de espuma que me sirven de apoyo y estoy en una playa y miro al mar y me sonrie. Hoy todo el mundo parece que está triste pero yo sigo sonriendoles y eso ayuda, cambian las caras.

El caso es que sigo corriendo y la arena es tan blanda que me hundo y cuesta trabajo levantar los pies para dar el siguiente paso, pero sigo viendo esa horrible valla y ¡cómo la voy a saltar!, me da un poco igual tardar más o menos.

De hecho creo que voy a parar, me gusta coger caracolas. Hay mucha gente hoy recogiendo conchas, eso es que el mar esta noche ha estado revolviendo sus entrañas y hoy por eso se encuentra limpio y bien... y nosotros recogiendo la basura de los demas.

Vuelvo a mi camino pero ya por el paseo, me cansé de la arena , ahora quiero bicicleta: tandem, de 3 de 4... Tres hombres y una mujer en bicicleta con luces directas y fondos de mil colores.
Y cartas y velas y faldas con cancán e ilusión y esfuerzo y trabajo y sonrisas y felicidad sin razón aparente y niños que nacen y cumpleaños que celebrar.

El caso es que mi valla sigue ahí y en 10 minutos la salto(o no).

lunes, febrero 13, 2006

Alfombra de recortes


Recorté las piezas con cuidado , con la unicas tijeras que me dejaban usar en casa, esas de colores con punta redonda. El esfuerzo por no salirme de las lineas , no cortar más de la cuenta y evitar los trompicones en los bordes más redondeados, me hacian estar sentada casi con el papel pegado a la cara y con la legua saliendo por la comisura izquierda de mi boca mientra la mordia como para que no saliese despedida y se le ocurriese dejar caer una gota de saliva sobre mis preciados tesoros.
Cuando terminé, extencí en la alfombra de mi cuarto todas las piezas recortada y doblé todas las lengüetas cuidadosamente. Ya tenía completo el vestidor de mi muñeca de papel.
Ahora la duda estaba en qué le ponía a esa muñeca que me miraba con cara sonriente, en combinación(yo no tenía combinaciones de pequeña...) y con una mano apoyada en la cadera con aquella de los nardos que decía la canción.
Comencé a combinar todas esas prendas de papel recien salidas deL taller de corte (más que de confección) que habían sido mis manos por unas horas. No llegaba a convencerme a mi misma de que estaba elgiendo para ella las opciones adecuadas, me daba miedo ponerle esa boina roja que tanto me gustaba y con tanto esmero habían recortado porque igual a ella no le gustaba.
¿Por qué ahora tenía tantas cosas y me tenía que quedar solo con una o con dos?
¿Por qué no podia abrir esa boquita impresa en cartón o separar la mano de su cadenar y señalarme: esa falda?
Opte por dejarla en combinación, total , era lo único que yo no tenía en mi armario de todo lo esparcido por el suelo, seguro que asi ella podría ponerse cualquier otra cosa encima según ña guardase en un sobre o caja o carpeta, con sus vestidod de papel.
Desde ese momento me aficioné a los playmovil: Ya venían vestidos y las mayor decisión que tomé sobre ellos fue si iban en lancha o en velero en mi bañera.

domingo, febrero 05, 2006

¿Qué buscas?

Un día perdí un anillo, lo busqué como nunca he buscado nada en mi vida, lloré por el anillo, por la piedra de luna que cambiaba de azul según la luz que incidía sobre él, buscaba deseperada... el día que olvidé que el anillo ya no estaba, reapareció y me hizo sentir bien, pero me di cuenta de que casi nada es imprescindible.

Tengo entre mis manos un telefono en cuya memoria solo está tu número. Sería fácil, casi cualquier tecla me llevaría a tí, a tu voz, a tu risa, a recordar los momentos compartidos.
No cuesta trabajo, el esfuerzo es mínimo.

Nunca fui capaz de llamarlo por su nombre, lo que sentí. Nunca fui capaz de llamarte, creo que he hablado por telefono contigo una o dos veces, pero me merecía más la pena decirte a la cara todas las estupideces que pasaban por mi cabeza en esos momentos y no todo lo que durante el camino había pensado decirte.

Ahora, sigo con el telefono en mis manos, y aunque me apetecería llamarte, preguntar qué tal va todo, cómo siguen las cosas de las que hablamos tanto tiempo, no lo voy a hacer, porque creo que no merece la pena. No me merece la pena, al menos ahora, no me voy a esforzar por algo que no tiene sentido.

No es tan tan facil hacernos huir, lo hago por mí. Hay algo que aun no he perdido, el pensar por mi en mi para mi... no , no lo he perdido, nunca lo tuve y HOY, comienzo a exigir, por duro que suene, que a aquellos a los que llevo dándome sin pedir nada a cambio, sin creer necesitar nada a cambio, me den un poco a mi y me ayuden a valorarme más.
Porque mucha gente pasa por nuestras vidas y se mantienen por necesidad. De un lado, del otro o mutua. Y cuando es mi lado el que "NECESITA", busco ansiosa lo que me falta, la respuesta. No lo voy a hacer más, porque he encontrado: algo a mi misma.